La utópica imagen que reflejo...
Camina rápidamente con la cabeza gacha, atada a su complejo de avestruz. Un par de miradas la acechan frente a frente, pero ella sin querer sigue ignorando a todos en su paso. Odiada por muchos y amada por pocos, la niña bonita de los cabellos dorados. Ella, la del tono de voz alto con fonemas hechizados por la grosería, etimológicamente conocida por su actitud defensiva, que cada vez que a su parecer algo no es justo, se manifiesta enfáticamente irradiada por la sinrazón de su opinión.
Ella, la de la expresión facial
enfurecida es catalogada como la mujer antipatía; su basta timidez oscura le
impide ser sociablemente agradable, sin embargo todos insisten en su brillante
hostilidad. Fuerte y sin miedo a nada, quizás algunos afirmarán, sin pelos en
la lengua pero con miedo al qué dirán. Complicada por excelencia, naturalmente
con sangre negativa en las venas. En su afán por la perfección, siempre tiene un pero como contraataque y las
consecuencias no son concebidas solo al
hablar. Directa con sus pensamientos realistas alarmantes y enamorada de los
animales. Amante fervorosa de la justicia, grita, pelea y hasta llora por
hacerla lograr, encasillada locamente por algunos bajo la nomenclatura efusiva
de Policarpa Salavarrieta. Aparentemente fuerte, pero peculiar en fragilidad;
se quiebra como galleta cuando falla y atada a sus lágrimas suspicaces, llorona
en especialidad.
Buen rincón de ideas, lo seguiré visitando. Saludos.
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