Por: Melissa Useche Miranda
Estrenándome como ciudadana oficial en las elecciones atípicas de Cartagena
Después de una larga espera de años,
unas cuantas espinillas y una posición definida, por fin puedo tener el
desagradable privilegio de votar en las elecciones atípicas de mi contaminada
Cartagena.
Hace algunos días, corrí a la
Registraduría de Cartagena en medio del calor aberrante que nos ataca,
pretendiendo averiguar de la ya existencia de mi cédula. Debo confesar que
realmente me urgía tenerla en mis manos y no para entrar sin miedo a bares y a
discotecas, sino para llevar a la acción el derecho y deber de elegir y ser
elegido. Sí, aunque no lo crean, lo deseaba, a pesar de que muchos no le
presten ni cinco de atención al asunto o mucho peor, algunos lo vendan para
tener en manos cuarenta mil pesos para el fin de semana, y eso, eso es
entendible pero muy discutible.
Después de avergonzarme de mi
horrible cara en la foto de la cédula empecé a pensar seriamente en quién iba a
consumar la administración de Cartagena. Y taraaaan… ¿con qué me encuentro?,
¿qué están viendo mis ojos? Pretendo hacerme la impresionada, pero fallo en el
intento. La situación que vivo ahora es tan típica como lo que sucederá el
domingo. No quiero ser ave de mal agüero, pero la suerte está echada.
Sinceramente es decepcionante que me
toque participar por fin activamente en esta maldita democracia y no tengo ni
las más mínimas garantías para hacerlo. La ciudad está sucia, mal oliente y
contaminada, física y visualmente; gracias a unos sujetos que dicen querer
trabajar por La Heroica a disposición del pueblo y no han sido escogidos aún y
ya la tienen vuelta un basurero. ¡BASTA DE TANTA MENTIRA!
¿Cómo pretenden que uno les crea sus
farsantes propuestas si comenzando la campaña política infringen los decretos
que regulan a las propagandas electorales? Como dijo un amigo: “...lo que nos obliga a una reflexión oportuna y simple; no les interesa
la ciudad, sino el botín que representa la alcaldía de Cartagena…”a sabiendas
de todo el dinero invertido en esta publicidad. ¿Cuánto? Como unos cuatrocientos
milloncitos, que bastante que le hacen falta a la Ciudad.
Y aún mi pregunta seguía sin
respuesta: ¿En quién voy a consumar la administración de Cartagena? La carta de
opciones seguía siendo limitada y pobre. ¿Por quién votaré? Por María del
Socorro Bustamante, una mujer que no me causa la más mínima espina cuando llena
de publicidad a una ciudad que está que vomita de tanta contaminación. Una
mujer que tiene relaciones con la Gata y sus presuntos vínculos paramilitares.
Una mujer que se aferra de palabras rebuscadas y sin contexto para
enamorar con discursos tan generales que quedan en la repetición de palabras y
que supuestamente cuentan con el apoyo de los históricos García. Y donde me
dejas a Dionisio Vélez, que dice que su campaña es financiada con “recursos
propios”, los cuales oscilan entre 267,776,333.00
millones de pesos invertidos en
publicidad. Eso es incoherencia definitivamente, le aconsejo que se convierta
en Robín Hood, para ver si con esos “recursos propios” ayuda a los pobres.
Además, que supuestamente cuenta con el aval de Los Curi y los políticos Blel,
que joyitas. Y qué decir del aspirante Miguel Navas, que no es capaz de
sostener un discurso político y con un pasado gris acuestas, todos sabemos del
dinero que robo en su periodo como gobernador. Por último y no menos
importante, Wilson Borja, un ilustrador de ideas fantásticas pero realizables,
que tiene un plan de desarrollo y acción bien elaborado y con ansias de
denuncia, que respeta el decreto de la publicidad en campaña electoral pero
que también está salpicado de Farcpolítica.
¿Y ahora quién nos podrá
defendernos? ¿El voto en blanco? arriesgándonos a la posibilidad de que los
próximos candidatos también sean avalados como aves de rapiña por los mismos
gremios corruptos de épocas tras épocas.
Finalmente en mi humilde
inexperiencia en participación política comparto esta afirmación: “Y si los
cartageneros y cartageneras alientan aun la dignidad de las “águilas caudales”,
Cartagena bien vale un voto por Wilson Borja Díaz.” –Cristo Rafael García.
Yo estrenaré mi cédula con Wilson
Borja, ¿y tú?